miércoles, 29 de diciembre de 2010

Untitled Will Be

Así la Luna se nos presenta y difícilmente vemos su cénit. El Tiempo pasa y ella “crece” hasta alcanzar su mayor esplendor. Pero justo en ese momento, uno puede estar cegado por una mera ilusión; creyendo que semejante luz y belleza pueden aún ser mayores. Y en la espera empieza a notarse como poco a poco la Luna se desvanece y aquella plenitud soñada no es más que un cálculo incompleto.
Sobre cuánta incertidumbre puede sostenerse una vida. Cómo todo se encuentra constante e irrevocablemente cambiando. Desde un impulso de una débil ráfaga de viento que incita a la naturaleza a bailar, y presenta segundo a segundo un nuevo espacio, para un nuevo acto de la vida; hasta lo más esencial y profundo de un ser humano.
El Universo en sí nunca conserva su forma. Toda dimensión es siempre transformada y no hay donde no pueda hallarse un movimiento.
Un viajero emprende su camino y en su trayecto obtiene sabiduría que la vida y la experiencia pueden aportarle. A cada paso se enriquece, y su mente cree llenarse poco a poco albergando la esperanza de aprender al próximo día un poco más.
Continúa su sendero, y es entonces cuando, de pronto, nota que ya se encuentra del otro lado de la montaña, que ya ha atravesado el valle. Que aquel momento tan esperado ya ha ocurrido y ha pasado desapercibido. De un momento para otro toda la fortaleza que había una vez protegido aquel cofre donde permanecía guardado un futuro, se encuentra destruida y el tesoro que allí se conservaba ha sido degradado, como todo con el paso del tiempo.
Aún hay viajeros que no pierden su voluntad y al término de una aventura optan por tomar un nuevo sendero, con nuevos obstáculos y nuevas metas. Pero que al fin y al cabo siempre concluirá.
¿Por qué un sueño es tan fugaz y poco perceptible?

Bianca Sancio

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